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Conozca a Karina

El desafío

Cuando Karina Tapia, una mujer de 37 años de edad originaria de México, empezó a tener problemas con la vista, su oftalmólogo le informó que no había nada de qué preocuparse y que eventualmente los síntomas desaparecerían. Aliviada, ella continuó con su ocupada vida como madre a tiempo completo de tres niños bastante activos. Pero cuando sus síntomas empeoraron, incluyendo visión muy borrosa y perdida de la visión periférica, sabía que había algo que no estaba bien.

Después de investigar un poco por su cuenta, Karina fue a ver a otro oftalmólogo para una segunda opinión. Este le realizó diferentes pruebas y determinó que los síntomas no estaban relacionados con los ojos, sino que eran de origen neurológico. Karina fue remitida a un neurocirujano local, y después de realizar una resonancia magnética (MRI), recibió un diagnóstico que casi la hizo derrumbarse. “Lo que él me dijo fue algo que nunca habría esperado y que nunca pensé que me pasaría a mí”, indicó ella. “Estaba aturdida.” Karina fue diagnosticada con un meningioma o un tumor de los revestimientos del cerebro. Debido al gran tamaño del tumor, este presionaba ambos nervios ópticos, causando directamente los problemas de la vista. Si no se extraía el tumor, este seguiría creciendo, causando ceguera y síntomas más graves y potencialmente mortales.

El camino a UPMC

Karina y su esposo Christian querían buscar otras opiniones profesionales sobre cómo tratar mejor el tumor. Debido a que las opciones quirúrgicas en su ciudad natal de Matehuala, eran muy invasivas e implicaban una larga recuperación y el riesgo de complicaciones graves, estuvieron dispuestos a viajar para recibir una mejor atención. “Sabíamos de un cirujano en la ciudad de México que era considerado como el mejor en el país, así que volamos allá para obtener su opinión,” dijo Karina. “Y este viaje fue el que prácticamente me salvó la vida.”

El cirujano revisó la tomografía de Karina y dijo que sería una excelente candidata para el Abordaje Endonasal Endoscópico (EEA), que permite la eliminación de tumores en la base del cráneo a través de la nariz y los senos nasales. Debido a que el cirujano no tenía mucha experiencia con el EEA, él les recomendó que se pusieran en contacto con el neurocirujano en UPMC. Después de ver un video de demostración en internet, Karina supo que tenía que tener su cirugía en UPMC, el centro con mayor experiencia en EEA a nivel mundial. “Después de ver ese video y de conocer más sobre el tratamiento y cómo no hay incisión real en el cráneo, me puse en contacto con UPMC de inmediato para empezar el proceso,” dijo ella.

Karina y su esposo trabajaron con UPMC Global Care para coordinar el transporte y el alojamiento y para comunicarse con el neurocirujano, quien les confirmo que efectivamente el EEA era ideal para eliminar el tumor de manera definitiva y recuperar la visión perdida. Y en un plazo de cuatro semanas, la pareja hizo el viaje de México a Pittsburgh.

La solución

Se necesitaron pruebas adicionales para confirmar lo que el médico de Karina en México había diagnosticado. Después de unos pocos días de citas y preparación, Karina se sometió al procedimiento para el que había viajado miles de millas. Durante la cirugía, los médicos Paul Gardner y Carl Snyderman, eliminaron el tumor del tamaño de un huevo, a través de la nariz de Karina, quitando de inmediato la presión sobre sus nervios ópticos y otras estructuras importantes en su cerebro. “Casi tan pronto como me desperté, yo sabía que todo iba a estar bien,” dijo Karina. “Estaba nerviosa antes de la cirugía, pero cuando el me dijo que todo había salido perfecto, sabía que podría irme a casa y ver a mis hijos, lo que me hizo muy feliz.”

Los resultados

Unos pocos días después de la cirugía, Karina ya empezaba a sentirse como era antes. Sus síntomas ya casi habían desaparecido, la visión de había normalizado, y estaba lista para regresar a su casa. “Todo salió tan bien, que casi no puedo creerlo," dijo ella. “Han pasado solo 13 días desde la cirugía y estamos empacando nuestras maletas listos para regresar a México. No puedo agradecer lo suficiente a los médicos, ellos son realmente unos ángeles.”

Durante toda su estancia en Pittsburgh, Karina recibió la ayuda de los traductores de UPMC Global Care, quienes le ayudaron a entender las palabras desconocidas en inglés y a movilizarse en el hospital y en la ciudad de Pittsburgh. “Global Care ayudó a hacer más fácil una situación que de otra manera habría sido muy estresante,” dijo Christian, el esposo de Karina. “Nos hicieron sentir como si estuviéramos en casa en México.”




Nuestras historias de pacientes de perfil a un número de pacientes que han tenido cirugía mínimamente invasiva en UPMC. Aunque la experiencia es única, esperamos que compartir estas historias ayudará a otros futuros pacientes y sus familias entienden mejor estos procedimientos y sus beneficios potenciales.

Tratamiento de Karina y los resultados pueden no ser representante de todos los casos similares.